«… a mirar»
«…a mirar»
Hoy sentí una alegría en extrañar el mar. Su grandeza, su color, su inmensidad. Los placeres de viajar por la costa de América del Sur, con paisajes que calientan el corazón y la piel con el viento cálido que sopla.
Extraño su representatividad en mi vida, despertada por él en un extracto del libro de Eduardo Galeano – El Libro de los Abrazos.
A mirar la belleza de la vida que está en la naturaleza, en nuestra esencia, que nos deja encantados por los simbolismos que mueven nuestro ser… Mirar el mar es bucear con tal belleza que las palabras no contemplan todo….
Extraño darle significado a lo que calienta, mirar lo que es bueno y bello…
“Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó
a descubrirla. Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba mas allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas dunas de arena,
después de mucho caminar, la mar estallo ante sus ojos. Y fue tanta la
inmensidad de la mar, y tanto su fulgor que el niño quedo mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su
padre: – ¡Ayúdame a mirar!